Tu mano apoya contra el pecho mío
¿Oyes de un rudo golpe la inquietud?...
Es que hay adentro un carpintero impío
que labra mi ataud
Y no cesa un instante el golpe fiero
y en vano intento al sueño recurrir...
Acaba, acaba, pronto, carpintero,
acaba pronto...
¡Y déjame dormir!
-Heine-
No hay comentarios:
Publicar un comentario