¡Y si después de tántas palabras, no sobrevive la palabra!
¡Si después de las alas de los pájaros, no sobrevive el pájaro parado!
¡Más valdría, en verdad, que se lo coman todo y acabemos!
¡Haber nacido para vivir de nuestra muerte!
¡Levantarse del cielo hacia la tierra por sus propios desastres y espiar el momento de apagar con su sombra su tiniebla!
¡Más valdría, francamente, que se lo coman todo, y qué más da...!
¡Y si después de tanta historia, sucumbimos, no ya de eternidad, sino de esas cosas sencillas, como estar en la casa o ponerse a cavilar!
¡Y si luego encontramos, de buenas a primeras, que vivimos, a juzgar por la altura de los astros, por el peine y las manchas del pañuelo!
¡Más valdría, en verdad, que se lo coman todo, desde luego!
Se dirá que tenemos en uno de los ojos mucha pena y también en el otro, mucha pena y en los dos, cuando miran, mucha pena...
Entonces... ¡Claro!... Entonces... ¡Ni palabra!
-Poema de César Vallejo-
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